Suelta las cuerdas | Josue 2:9

En este historia, encontramos dos espías que envió Josué para conocer la tierra de Jericó, y que fueron recibidos por una mujer llamada Rahab. Ella pidió clemencia, que tuvieran misericordia, los hizo descender con una cuerda por la ventana, porque su casa estaba en el muro de la ciudad y ella vivía en el muro. Y aquí leo la historia de una mujer llamada Rahab. Quizás algunos, con más tiempo en la fe, dirán: "Pastor, sé cuál era la profesión de Rahab".

La profesión que se atribuye a esta mujer bíblicamente es la de prostituta; en la Biblia se le llama "Rahab la ramera". Es interesante porque encontramos que en alguna área de nuestra vida quizás estamos marcados por el pecado.

El salmista David dice: "En pecado me concibió mi madre", lo que nos dice que todos tenemos una lucha constante en nuestra vida con el pecado que nos asedia; un pecado que a veces ataca por la vista, a veces por los oídos, y en ocasiones en nuestro hablar, diciendo algo que sabemos que exageramos, agrandando un asunto que no era tanto. Quizás hemos pecado en la familia, o tal vez hubo una falla en el matrimonio. Pero todos somos asediados por el pecado.

Dios deja cosas en la Palabra para que podamos comprender que así como hombres y mujeres pasaron por tiempos difíciles y Dios tuvo misericordia de ellos y los levantó, Dios también tiene misericordia de nosotros y nos puede levantar por encima de la condición en la que estemos pasando o atravesando. Sabemos que la profesión de Rahab era recibir en su casa a hombres para tener relaciones sexuales. Era interesante que todos en el pueblo tuvieran miedo. ¿De qué tenía miedo el pueblo de Jericó? Tenían miedo porque habían escuchado de las grandes cosas que Dios había hecho con un pueblo llamado Israel, que un día salió de Egipto.

Dios había secado las aguas del Mar Rojo para que ellos pudieran caminar en seco, así que todos en Jericó estaban conscientes de que ese era un Dios muy grande, ¿quién era capaz de secar las aguas del mar para que un pueblo pasara?

Ella les dice a los espías que están en su casa: "¿Han sido enviados por Josué?", y en el camino, les dice: "Señores, yo quiero conocer la ciudad, quiero que ustedes me traigan noticias de esa ciudad, cómo vamos a atacar esa ciudad, díganme qué se siente, qué se vive, qué hay en esta ciudad", y ellos entran y cuando llegan y se esconden en la casa de esta mujer, ella les deja saber que la gente está consciente en este lugar de que el Dios al que ustedes sirven es Dios de los cielos y también Dios de la tierra.

Ella les dice: "Todo el mundo sabe que ese Dios al que ustedes sirven es capaz de hacer cosas sobrenaturales". Muchas personas reconocen cuán grande es Dios, y muchos de los que amamos y servimos a Dios a veces pasamos por alto lo grande que puede obrar Dios a nuestro favor. Dios es grande para levantar a una persona de una enfermedad, así como es grande para liberarte de un problema económico. Dios es grande para sanar a un enfermo, así como es grande para transformar a tu hijo.

Dios es grande para ayudar a un joven a salir de un pecado, de un vicio, de la maldad de este mundo, así como también Dios es bueno y poderoso para ayudarte a levantarte y que puedas tener victoria. Y en Romanos 3:23, mire lo que dice Pablo del pecado: "Estábamos destituidos de la gloria de Dios". Por eso hoy quiero decirte, si hay cuerdas de pecado que amarran tu vida, tus pensamientos, tu casa, tu familia, tu economía, vamos a soltar las cuerdas del pecado. Cuando estás atado, por más que intentas avanzar, por más que intentas seguir, siempre hay algo que impide avanzar.

En la vida de Sansón me llama la atención que era un hombre del pueblo de Dios. Yo podría pensar que Rahab es un buen ejemplo de una persona que no conoce a Dios y está atada por el pecado, pero lo interesante es que ha entendido que Dios es Dios de arriba y Dios de abajo, y que por la misericordia de Dios puede salir de una vida de error. A veces la gente que no conoce a Dios abre su corazón y pide perdón al Señor con todo su corazón, y Dios limpia su vida y hay una nueva oportunidad, se levantan, crecen y echan para adelante. En el caso específico de Sansón, es un ejemplo de un cristiano que ya ha pedido perdón, que ya ha reconocido que ha fallado, pero que no ha tomado acción en su vida y sigue atado.

Sansón está registrado en Hebreos 11, y su nombre es reconocido junto con Abraham, Jacob, Moisés, Josué, David, Gedeón, entre los grandes. Sansón. Hizo que sus padres le consiguieran una muchacha que era de otro pueblo, y le organizaron una boda, pero al final no se quedó con esa mujer. Con el tiempo se dejó con esa mujer, y en días siguientes dice que iba camino a algún lugar y se encontró con una mujer ramera y tuvo relaciones con ella. Después de esa relación, dice que iba caminando y se encontró con esta filistea llamada Dalila, y cuando la vio, su corazón se enamoró de ella.

Porque hay hombres que solo saben enredarse en problemas. No se desata de uno cuando está atado. Se fue enamorando de la mujer, abrió su corazón, ella lo recibió y en días siguientes llegaron los principales de los filisteos. Los filisteos le dijeron: "Mira, te vamos a pagar dinero si tú nos ayudas a descubrir cuál es el secreto de Sansón, por el que nos ha matado a tanta gente y nos ha hecho daño. Nosotros no queremos que él siga dañando nuestro pueblo y queremos destruirlo, así que vamos a pagar", y le ofrecieron mucho dinero. Así que esta mujer empezó a seducir a Sansón para que confesara cuál era la fuente de su poder, la fuente de su fuerza.

Y en esta seducción, Sansón no se dio cuenta; cuando cavaba un hoyo, caía en una pasión desenfrenada. El apóstol Pablo le enseña al joven Timoteo y le dice: "Huye de las pasiones juveniles". Así como Pablo hace referencia, Timoteo le dice: "Huye de las malas pasiones", y cuando estás en la pasión incorrecta, caes como en el caso de Sansón, en una pasión desordenada. Hubo un tiempo en el que la gente se apasionaba de forma incorrecta, y lo correcto que el Señor quiere es que tu corazón le siga a Él. Nuestra pasión debe estar en la oración, en tener pasión por servir.

Cuando el salmista dice que su porción o la porción de su herencia es Jehová, recordemos que en la línea de herencia, él sabía que quizás a él no le tocaría nada, siendo el más pequeño. ¿Qué le podía tocar a David? Hay algo más grande que recibir la herencia: es la bendición que Dios tiene reservada para aquellos que le aman, le sirven y siguen viendo cada día sus misericordias.